El acné: la afección de la piel más común

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Las enfermedades de la piel son muy comunes. La piel actúa como barrera entre nuestro organismo y el exterior, además de regular la temperatura corporal. Asimismo, es el órgano más
grande del cuerpo y está expuesto continuamente a agentes externos como el frío, el calor o la contaminación. Por tanto, el riesgo de contraer una enfermedad cutánea es elevado, como por ejemplo, el acné.

Sin embargo, no hay por qué alarmarse, ya que normalmente no son graves. De todos modos, es primordial cuidar nuestra piel y conocer cuáles son las afecciones cutáneas más frecuentes, para así poder hacerles frente en un momento determinado.

El acné: la afección cutánea más común

El acné se puede considerar la enfermedad de la piel más común, ya que afecta a un 80% de los adolescentes. Aunque todo el mundo puede tener acné, independientemente de la edad, sí que es mucho más frecuente en dos casos concretos: en mujeres de entre 20 y 50 años y en la adolescencia.

Se debe principalmente al aumento de la producción de sebo, que conlleva la inflamación de la glándula sebácea. Los principales factores que pueden provocar la inflamación de dicha glándula son: la ingesta de alimentos con exceso de grasas, los cambios hormonales, o simplemente, la genética de la persona.

¿Cómo reducir los riesgos de enfermedad en la piel?

Aunque algunas enfermedades son hereditarias, muchas otras se pueden prevenir. La piel nos protege de agentes externos, por tanto debemos cuidarla cada día.

La higiene es fundamental. Hay que lavarse la cara todas las noches antes de irse a dormir con agua tibia y productos que no contengan alcohol ni aceites.

Para mantener el cuerpo hidratado es fundamental beber mucha agua y utilizar una crema hidratante de forma diaria.

También es muy importante protegerse del sol aunque no lo veamos. Como mínimo se recomienda usar crema del factor 30 para evitar el efecto rebote producido por la exposición solar.

Por último, evita, en la medida de lo posible, el estrés, la contaminación, el tabaco y la ingesta de alcohol. Todo esto es perjudicial para la piel y acelera su envejecimiento.

¿Cómo reducir las marcas de acné?

En muchas ocasiones, el acné puede producir marcas en nuestra piel en forma de cicatrices, especialmente cuando las heridas o infecciones que se producen al tocarse los granitos no se tratan de un modo correcto.

Existen ciertos técnicas para tratar la piel, como la dermoabrasión, el peeling o el láser, que son muy agresivas y aunque sirven para eliminar las erupciones, pueden producir daños en las capas superficiales de la piel.

Tanto para proteger de la piel después de estos tratamientos como para eliminar las marcas de acné, el uso de cremas reparadoras como Blastoactiva te ayudará a complementar la hidratación de tu piel. Su composición favorece la creación de colágeno y fomenta la regeneración dermocelular que permite rellenar esas cicatrices visibles.

Conclusión

Aunque las afecciones de la piel como el acné son comunes, no hay que alarmarse. Si notamos algún cambio en ella, lo mejor es acudir al dermatólogo para que haga su diagnóstico y determine el tratamiento oportuno.

José Pascual Albert – Farmacéutico

N.º COLEGIADO 9818 – COF de Valencia

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