5 posibles causas de la piel seca y escamosa
Como todos sabemos, la piel seca es una afección muy común que suele producirse por diversas causas que trataremos de enumerar y explicar a lo largo del post; además, existen también una serie de factores, tales como la edad, las actividades cotidianas que realizas, tu entorno laboral, que pueden favorecer la aparición de sequedad en tu piel.
Por otro lado, cuando la piel está seca, se desprenden las capas más superficiales en forma de escamas. Además de las situaciones antes mencionadas, esto también podría ser debido a ciertas afecciones inflamatorias de la piel como la alergia, o las infecciones.
La sequedad de la piel y la descamación suelen ir acompañadas de picor o prurito relativamente intenso. En algunos casos, la causa es una enfermedad autoinmune de la piel o incluso, un proceso interno que se acompaña de sequedad, picor y descamación, aunque en estos casos, aparecen otros síntomas que orientan hacia su diagnóstico y posterior tratamiento.
En este post os vamos a hablar de los 5 factores más comunes que pueden producir piel seca y con descamación:
Clima
La piel tiende a estar más seca en invierno, ya que tanto las temperaturas como los niveles de humedad descienden, y a veces, muy bruscamente; la baja temperatura provoca que la circulación se centre en mantener el calor en los órganos vitales y, se “olvida” un poco de nuestra piel, por lo que los nutrientes no llegan de una forma efectiva como lo suele hacer en las situaciones habituales; en cuanto a la humedad, no sólo la hidratación que le proporcionamos a la piel con nuestra rutina diaria importa, sino que también la humedad ambiental es altamente importante, puesto que ayuda a mantener un nivel de hidratación correcto.
Sin embargo, las estaciones cálidas producen también sequedad, y no debemos pensar que sea algo contradictorio, ya que un exceso de calor también es un factor a tener en cuenta, porque favorece la deshidratación y aumenta el nivel de sequedad de la piel y por tanto la descamación.
Calor
En primer lugar, cabe destacar que el calor elevado evapora el agua, y produce falta de hidratación, y esto mismo es lo que le va a pasar también a nuestra piel; por este motivo, en lugares cerrados, la calefacción baja la humedad ambiental y esto, al igual que pasa con el clima frío, reseca excesivamente nuestra piel debido a la falta de hidratación.
Un clima cálido y el sol pueden secar nuestra piel y producirnos deshidratación. Sin olvidar que una exposición de forma continuada y sin protección produciría quemaduras solares.
Baños y duchas calientes
Las duchas y baños ayudan a mantener nuestra piel hidratada siempre y cuando sean con agua templada; sin embargo, si el agua está muy caliente se produce el efecto contrario ya que como pasa con el clima, un exceso de calor seca más que hidrata; en el mismo contexto, cabe señalar que también las aguas muy duras que poseen un alto contenido en cal, o el nadar con frecuencia, sobre todo en piscinas que contienen mucha concentración de cloro, agreden nuestra piel produciendo la correspondiente sequedad.
Jabones y detergentes abrasivos
Los jabones y geles convencionales pueden eliminar la humedad de la piel y, por ende, producir que ésta se seque. Por este motivo tan sencillo y con la idea de solucionar muy fácilmente este pequeño problemilla, el utilizar geles y jabones más hidratantes o usar los aconsejados para tipos específicos de piel, nos ayudaría a evitar esa sequedad, y, por lo tanto, a mantener un nivel óptimo de hidratación.
Otras afecciones de la piel
Muchas afecciones cutáneas, como la dermatitis atópica o la psoriasis, tienen como síntoma principal la sequedad de la piel; para estos casos tan concretos, se debe de seguir un correcto tratamiento pautado por el dermatólogo, que es el especialista en el cuidado y tratamiento de la piel, y será él el que nos marcará las pautas necesarias para evitar que la piel se vuelva seca y poder mantener así el nivel óptimo de hidratación.
José Pascual Albert – Farmacéutico
N.º Colegiado 9818 – COF de Valencia
