Epidermis: todo lo que no sabes y deberías saber sobre la piel
La piel tiene la función de proteger el organismo sobre posibles agresiones externas como el viento, el sol o la contaminación. Se trata de una capa de tejido resistente y flexible que cubre nuestro cuerpo, y sus características (textura, grosor y color) varían a lo largo del mismo. A su vez, la piel se divide en tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.
Capas de la piel
Epidermis
Es la capa más exterior y está formada por una serie de células que se renuevan continuamente: los queratinocitos.
La epidermis tiene la función primordial de mantener la barrera protectora de la piel y fijar la humedad a la misma, por eso, cuando hay falta de lípidos (grasas naturales) en la piel, la notamos seca y tirante.
Dermis
Se trata de la capa intermedia de la piel, que proporciona fuerza y elasticidad a la misma gracias a la acción del colágeno y la elastina, los componentes estructurales principales de la misma. Estas fibras contienen ácido hialurónico, entre otros elementos, que ayuda a nuestra piel a mantener la hidratación y nutrición, al tiempo que nos protege de los factores externos. Con el paso del tiempo, nuestro cuerpo va perdiendo la capacidad para generar colágeno y elastina, por lo que se producen las temidas arrugas.
Hipodermis
Es la capa más profunda de la piel. En ella se almacena la energía y funciona como aislamiento de nuestro cuerpo, lo que nos ayuda a regular el calor corporal y a protegernos de posibles lesiones, ya que al contener una cantidad muy alta de grasa (adipocitos), actúa como un “cojín” que protege a la piel de posibles impactos.
Capas de la epidermis
Podemos resumir que la epidermis es una barrera contra las agresiones externas y, para desarrollar este papel, las células se van regenerando de forma continua y constante. Con el paso del tiempo, este proceso se ralentiza, quedando la piel más desprotegida y siendo más susceptible a posibles lesiones. Sin embargo, podemos hacer uso de cremas reparadoras para que nuestra piel vuelva a su estado natural y recupere su barrera protectora.
Como hemos comentado, la epidermis está formada por cinco estratos o capas, que vamos a explicar con detalle a continuación:
Estrato basal
Es la capa más profunda de la epidermis y aquí es donde se forman los queratinocitos. A medida que se crean nuevas células se desplazan hacia capas superiores hasta desprenderse por completo de la epidermis. Los melanocitos se incrustan en este estrato, formando el pigmento, responsable del bronceado y el color de la piel. También contiene células Merkel, que son las encargadas de transmitir el sentido del tacto a nuestro cuerpo.
Estrato espinoso
En ella las células, ricas en ADN, permiten que se produzca la proteína de la queratina. Esta proteína hace posible que los tejidos se endurezcan para formar las capas protectoras superiores de la piel.
Estrato granuloso
Su nombre se debe a que contiene un gran número de granos rellenos de una sustancia llamada queratohialina. Por tanto, es en esta capa o estrato donde se inicia la queratinización, el proceso a través del cual la epidermis es capaz de renovarse constantemente.
Estrato lúcido
Se trata de la capa de la epidermis en la que las células, completamente impregnadas en queratina, se resecan para ser reconducidas a la capa superior. Se conoce también como capa clara o brillante, debido al débil pigmento de las células.
Estrato córneo
Es la capa más superficial de la epidermis, por tanto, también la más superficial de la piel. Está formada por células escamosas muertas que son reemplazadas continuamente por otras. La barrera de la capa córnea se debilita cuando está expuesta al agua durante un largo periodo de tiempo, por ello, cuando nos bañamos notamos como la piel se reblandece y puede descamarse.
Conclusión
La piel tiene una estructura básica, pero no todas las pieles son iguales, puesto que unas son más sensibles que otras, o más secas, al igual que puede haber unas pieles que tengan más grasa que otras.
Asimismo, conocer las capas de la piel y las capas de la epidermis nos ayudará a tener más consciencia sobre uno de los órganos más importantes del cuerpo humano y, a su vez, el más grande.
José Pascual Albert
Farmacéutico – Nº 9818