Los mejores cuidados después de un peeling
Existen múltiples tratamientos estéticos en el mercado que nos ofrecen rejuvenecer nuestra piel y eliminar las marcas indeseadas que han ido apareciendo con la edad, las marcas de acné, cicatrices que nos molestan o, simplemente, arrugas de expresión. Tras realizarnos alguno de estos tratamientos, es importante prestar una adecuada atención a nuestra piel, ya que estos tratamientos supone una agresión a la epidermis. En este caso, nos centraremos en los cuidados después de un peeling.
¿En qué consiste un peeling?
El peeling es un tratamiento estético que consiste en la exfoliación de las capas más superficiales de la piel, eliminando las células muertas, estimulando la renovación celular e incrementando la producción de colágeno. El peeling se utiliza para mejorar el aspecto, textura y elasticidad de la piel, aunque también puede utilizarse para tratar diferentes lesiones cutáneas como las marcas de acné, las arrugas o las manchas hiperpigmentadas.
Este tratamiento puede clasificarse en distintos tipos dependiendo del procedimiento que se realice:
- Químico: la exfoliación se produce por la aplicación controlada de sustancias corrosivas en la epidermis. Los productos que suelen utilizarse son el ácido retinoico, el ácido glicólico, fenol o el ácido salicílico.
- Mecánico: el peeling se realiza por una exfoliación mecánica, utilizando la microdermoabrasión o la lija de punta de diamante.
- Físico: en este caso se emplea el láser.
Dependiendo de nuestro tipo de piel y del efecto deseado, optaremos por una técnica u otra, pero siempre es conveniente y aconsejable consultar la decisión con un dermatólogo antes de realizar cualquier tipo de tratamiento estético profundo. El peeling es un tratamiento muy agresivo, por lo que es importante que nos lo realice un profesional en un centro adecuado.
Tipos de peeling: ¿para qué se emplean?
Según el grado de profundidad del peeling podemos diferenciarlo en tres tipos:
- Peeling superficial. Actúa sobre la epidermis, la capa más externa de la piel. Sirve para eliminar arrugas poco profundas y poros dilatados. Al ser tan superficial, el enrojecimiento dura un par de horas y puede repetirse la técnica a los 15 días.
- Peeling medio. Este tipo de exfoliación afecta a la epidermis y sectores superiores de la capa media (dermis), perfecto para tratar las manchas profundas o piel envejecida por el sol.
- Peeling profundo. Actúa hasta las zonas medias y bajas de la dermis, por lo que está indicado para las arrugas más difíciles y cicatrices profundas. En estos casos, además de eliminar la epidermis, la dermis también se verá afectada, por lo que esta técnica suele producir una descamación muy intensa y un enrojecimiento severo durante varios días.
Por tanto, sacamos la conclusión que, dependiendo del peeling escogido, deberemos dejar un intervalo de tiempo necesario para que nuestra piel se regenere antes de volver a utilizarlo.
Cuidados después de un peeling
Dependiendo del tipo de peeling utilizado en la piel puede aparecer tras el tratamiento aumento de sensibilidad, enrojecimiento, descamación, e incluso costras. Por ello, los cuidados después de un peeling, independientemente del que sea, se basan en una serie de puntos comunes que hay que cumplir de forma estricta, como son:
- Una hidratación profunda de la piel agredida.
- Evitar totalmente la exposición solar unos días tras la realización de la técnica.
- Utilización de fotoprotector solar diario para evitar las quemaduras solares.
Un cuidado posterior incorrecto o erróneo puede tener efectos indeseables en nuestra piel, como prurito, infecciones, despigmentación de la piel… En estos casos, sabemos que la piel estará especialmente sensible y enrojecida, por lo que optar por una crema hipoalergénica que nos ayude a reestablecer la barrera dermocutánea puede ser una buena elección.
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José Pascual Albert – Farmacéutico
N.º Colegiado 9818 – COF de Valencia